A partir de las 22 horas de la víspera, una densa neblina cubrió gran parte del Área Metropolitana de Asunción. Las calles adquirieron un aire sombrío y la mayoría de los automovilistas y motociclistas circulaban a velocidad mínima, ya que la visibilidad se vio seriamente afectada.
Ya en horas de la madrugada, la capital tenía un velo fantasmagórico. Con una temperatura por debajo de los 15º Centígrados y los halos de luz de las columnas del alumbrado público peleando por romper la espesura de la niebla, la ciudad parecía un escenario de ultratumba.
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