sábado, 30 de enero de 2010

Humilde mujer casi muere quemada con sus ocho hijos

La víctima asegura que su concubino prendió fuego a su ranchito, poniendo en peligro la vida de su familia. Hubo un feroz fuego que fue finalmente controlado por los vecinos.

Es cierto que nunca se puede olvidar del todo a un gran amor. Tal vez de esa sabiduría popular, fruto de la experiencia, haya nacido la famosa frase “donde hubo fuego, cenizas quedan”, queriéndose significar que una pasión intensa nunca se puede apagar por completo. Parafraseando el refrán, esto no puede ser más cierto en el drama vivido desde ayer por doña Marisol Fleitas Robles, madre de 8 hijas, y hasta hace 24 horas domiciliada en una humilde vivienda en el barrio Ricardo Brugada, de Asunción.

En la madrugada de ayer, en extrañas circunstancias, la casita de madera en la cual vivía doña Marisol se consumió totalmente en un incendio incontrolable hasta convertirse en cenizas. Milagrosamente, ni ella y ninguno de sus hijos e hijas resultaron heridos. Y en cuanto al origen del fuego, doña Marisol no tiene dudas: “Él fue (su concubino, Alejandro Báez Acosta), quién otro va a ser. Ha’e oamenazá voi oikóvo kuri”, remató la doña.

Según los vecinos, las llamas estuvieron a punto de extenderse a la comunidad, en la cual abundan las construcciones precarias. Ante el peligro, los prójimos que viven en esa zona se ayudaron entre todos y le dieron pelea al fuego. Horas después, cuando por fin llegaron los bomberos, el incendio ya había terminado. La destrucción no afectó viviendas colindantes, pero el ranchito de doña Marisol se convirtió en cenizas.

“Perdí todo. Ropas, camas, colchón, heladera, comida. No me quedó nada. No tengo ni siquiera para dar de comer a mis hijos”, dijo la señora. El menor de sus ocho retoños tiene 6 meses.

Frases

“Te amaré hasta matarte”, esa parece que era la filosofía del concu de doña Marisol.

“Vino, me pegó y después se fue. Siempre nomás luego juega por mí. Él quemó mi casa”.

“Siempre viene borracho a la noche y nos despierta a todos y nos amenaza con matarnos a todos”.

“Si alguien me puede ayudar con ropa o comida le voy a agradecer mucho, porque me quedé en la calle”.

Refugio

Y ahora que literalmente se quedó sin techo, doña Marisol se refugió bajo el techo de la casa de una vecina. Ahí trataba ayer de protegerse del sol y anoche, para dormir, el plan era buscar unos cartones y usarlos como colchones. Bien acurrucados cabrían ella y sus 8 hijos.

Drama antiguo

Pero el drama que es la vida de doña Marisol Fleitas ya viene de larga data. Con la pérdida de su casa ayer, llegó al borde del desamparo total. Ella denunció que su concubino la maltrata físicamente en forma constante y que ayer también la golpeó, para luego desaparecer. Horas después ardió la vivienda. “Él siempre viene borracho, amenaza que va a quemar la casa y que nos va a matar a todos”, ahondó la mujer.

Emergencia Nacional prometió asistencia

Cuando Crónica conversó en la tarde de ayer con la señora Marisol, llegaron también junto a la víctima dos funcionarios de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN), Ricardo Garay y Raquel Irala. Los mismos prometieron que esa Secretaría de Estado asistirá a doña Marisol con Víveres, chapas de zinc, frazadas y colchón.

“Pero si alguien quiere ayudar con ropa o comida, por favor, llamen al 0981-926658”, comentó la vecina que recibió a la mujer que ahora no quiere saber nada del hombre con quien pasó gran parte de su vida.

¿Y qué pasó con los apagafuegos?

Según los vecinos de la afectada, los bomberos llegaron al lugar después de que el fuego estuviera totalmente controlado. Dijeron también que probablemente se utilizó algún tipo de combustible para comenzar el incendio, ya que el rancho se consumió con mucha rapidez y las llamas eran muy voraces. Admitieron que llegaron a temer un drama mayor, porque el fuego parecía que se extendería a los otros ranchitos. Sin embargo, se ayudaron entre todos y evitaron que eso sucediera. Lo que no se pudo evitar fue que el ranchito de doña Marisol se convirtiera en cenizas

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