Tras ocho días de vivir creyendo que había perdido a su madre en un atropellamiento múltiple, finalmente, ayer, jueves 28 de enero, en horas de la mañana, Rosalina Herrera se reencontró con su mamá Ida Concepción Herrera. La reunión entre madre e hija tuvo lugar en el domicilio familiar de los Herrera en Villa Elisa, departamento Central.
Ya en horas de la tarde, madre e hija visitaron el camposanto de Villa Elisa. Doña Ida Concepción depositó una flor en la tumba donde fue enterrado el cuerpo de la mujer, al cual todos consideraron como si fuera el suyo. “Che mo pirimbaite”, dijo la señora, quien todavía es tratada por sus parientes con los mimos de una criatura recién nacida.
Los precedentes de esta historia, señalan que el 20 de enero último, una mujer fue atropellada por varios vehículos alrededor de las 10 de la noche, a la altura del Km. 9 1/2, Acaray, de la capital altoparanaense. En la ocasión, la víctima sufrió mutilaciones y estallido de cráneo. En el momento de la intervención fiscal-policial, Rosalina pasó por el lugar y se quedó a mirar el accidente. Al ver el cuerpo, sintió que la tierra desaparecía bajo sus pies: creía que era el de su mamá Ida Concepción.
Como la víctima no portaba documentos y Rosalina sabía que su mamá tampoco tenía cédula, porque la había extraviado, a la pobre mujer no le quedaron dudas: la fallecida era nomás luego su mamá. Después, los acontecimientos se precipitaron. La fiscalía a cargo de la abogada Juliana Giménez ordenó el traslado del cadáver a la morgue. Al día siguiente, Rosalina y su marido fueron a recorrer las funerarias de Ciudad del Este hasta que, en la empresa mortuoria “Los Angeles” encontraron los restos de la supuesta Ida Concepción. “El cuerpo estaba todo envuelto como una momia y el cajón estaba sellado”, relata la mujer.
Seguidamente, con el certificado de defunción que obtuvieron en una oficina del Registro Civil y una orden de la fiscalía retiraron el cuerpo. “Todo se hizo muy rápido”, aclara Rosalina.
Una frondosa delegación de familiares y parientes llegó hasta Ciudad del Este, retiró el cuerpo de la infortunada y la trajo hasta Villa Elisa. Ahí, fue velado y el 22 de enero último enterrado. El día 27, Ida Concepción volvió a su casa, dando un susto mayor a sus familiares, seguido de una farra total.
Ya en horas de la tarde, madre e hija visitaron el camposanto de Villa Elisa. Doña Ida Concepción depositó una flor en la tumba donde fue enterrado el cuerpo de la mujer, al cual todos consideraron como si fuera el suyo. “Che mo pirimbaite”, dijo la señora, quien todavía es tratada por sus parientes con los mimos de una criatura recién nacida.
Los precedentes de esta historia, señalan que el 20 de enero último, una mujer fue atropellada por varios vehículos alrededor de las 10 de la noche, a la altura del Km. 9 1/2, Acaray, de la capital altoparanaense. En la ocasión, la víctima sufrió mutilaciones y estallido de cráneo. En el momento de la intervención fiscal-policial, Rosalina pasó por el lugar y se quedó a mirar el accidente. Al ver el cuerpo, sintió que la tierra desaparecía bajo sus pies: creía que era el de su mamá Ida Concepción.
Como la víctima no portaba documentos y Rosalina sabía que su mamá tampoco tenía cédula, porque la había extraviado, a la pobre mujer no le quedaron dudas: la fallecida era nomás luego su mamá. Después, los acontecimientos se precipitaron. La fiscalía a cargo de la abogada Juliana Giménez ordenó el traslado del cadáver a la morgue. Al día siguiente, Rosalina y su marido fueron a recorrer las funerarias de Ciudad del Este hasta que, en la empresa mortuoria “Los Angeles” encontraron los restos de la supuesta Ida Concepción. “El cuerpo estaba todo envuelto como una momia y el cajón estaba sellado”, relata la mujer.
Seguidamente, con el certificado de defunción que obtuvieron en una oficina del Registro Civil y una orden de la fiscalía retiraron el cuerpo. “Todo se hizo muy rápido”, aclara Rosalina.
Una frondosa delegación de familiares y parientes llegó hasta Ciudad del Este, retiró el cuerpo de la infortunada y la trajo hasta Villa Elisa. Ahí, fue velado y el 22 de enero último enterrado. El día 27, Ida Concepción volvió a su casa, dando un susto mayor a sus familiares, seguido de una farra total.
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