domingo, 18 de abril de 2010

“Me hacía lamer su pipito, como paleta”

  • Un Tribunal de Sentencia le dio ocho años de cárcel al odontólogo militar que sometía a su retoño de 6 años. La mamá hizo un crudo relato del terrible incesto.
Cuando en 1999, M.G. se casó con Ricardo Franco Cazó, tenía la misma ilusión que cualquier persona normal al formar una familia: establecerse, tener hijos, criarlos. Seis años después, esa esperanza ya se había ido al tacho. Entonces, de común acuerdo y para evitar mayores problemas, ellos decidieron separarse. Ya tenían dos hijos: uno de 6 y otro de 1 añito. Pero la decisión estaba tomada: por el bien de todos, cada uno se iba por su lado, civilizadamente.

Solo que la cosa no terminó ahí. Seis meses después, era junio del 2005, el nene más grande denunció a su mamá que el papá le obligaba a hacerle sexo oral. Al principio, la mujer no quiso creer lo que le decía su pequeño hijo. Pero los relatos eran tan crudos que no tuvo más remedio que aceptar lo que estaba ocurriendo: su ex marido, el papá de sus hijos, estaba abusando de su propio retoño.

“Su padre y su entorno familiar paterno, es decir, su abuela, su tía, su tío y, aparentemente, hasta una prima de nombre ‘Rilzi’, le hacían y le obligaban a hacer sexo oral y grupal a mi hijito”, dijo ayer la doña.

Por esa razón, el 2 de junio del 2006, M.G. querelló a su ex por abuso sexual en menores, con el agravante de que la víctima era el propio hijo del abuseitor. El miércoles pasado, 14 de abril, tras un proceso de cuatro años, un Tribunal de Sentencia condenó a Ricardo Franco Cazó a 8 años y 3 meses de prisión por el crimen de abuso sexual en niño.

Antecedentes. Doña M.G. contó que los abusos ocurrieron desde fines de 2005 hasta junio del 2006, cuando ella ya estaba separada de Franco Mazó. El tipo venía a buscar a su hijito para pasar juntos el fin de semana. “No da gusto hablar de esto, pero sé tiene que saber. La inocencia que le arrebataron a mi hijo no se recupera nunca. Ni con 100 años de cárcel. Ahora solo Dios le puede perdonar (a su ex). La Justicia de los hombres ya hizo su parte”, señaló la mujer.

Luego añadió que cuando su nene comenzó a contarle el asunto, ella le preguntó si por qué “no le pedís ayuda a tu abuela Chiquita o a tu tía Gladys. Y él me dijo: todos ellos me hacen lo mismo. Abren su pierna y tengo que lamer su pipito. Tía tiene un agujero y algo arriba, donde tengo que lamer. Primero hacía Ricardo (el papá del niño) y después yo tenía que hacer lo mismo o si no me pegaba”, contó la pobre señora que le decía su hijito.

Crudo relato

“Me hacía lamer su pipito. Ricardo (el papá) engordaba su pipito. Ponía muy duro y me obligaba a lamer como una paleta y me obligaba a tragar su cacá blanco. ¡Wákala! Lleno de pelos. Ponía su cara todo roja y hablaba como un chancho, decía: hmm, hmm. Así me contó mi hijo”, mencionó M.G.

Frases:

“Durante el matrimonio, (Ricardo Franco) era muy bueno. No tenía nada que esconder. Jamás hubiera imaginado lo que era capaz de hacer”.

“Nos separamos porque ya no teníamos metas en común. La comunicación entre nosotros se había cortado”.

“En el 2005, él abandonó la cama matrimonial y se instaló en el sofá. No le dije nada porque pensé que necesitaba un tiempo”.

Ficha del caso
Sentenciado: Capitán Ricardo Franco Cazó, odontólogo militar.
Crimen: Abuso sexual en niño (¡¡¡se trata de su propio hijo!!!).
Condena: 8 años y 3 meses de prisión.
Fecha de la sentencia: 14 de abril de 2010.
Tiempo del abuso: a lo largo de los seis primeros meses del 2006.
Tribunal de sentencia: Jueces Héctor Capurro, Eva María Rivas de Witte y Ricardo Medina.

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