sábado, 14 de agosto de 2010

Yanki ñembo letradito quería fundar iglesia para adorar al chupi

  • El arriero se hacia propaganda de que el era el primer papa de los borrachos
  • Pero era una feroz tanga ra’e. El tipo en realidad liquidó a cinco personas
  • Su golpe era transferir a su nombre el patrimonio de los asesinados
Un yanki más bueno que el Chavo del Ocho – pero okejave – hizo correr la bolaterapia de que ya iba a fundar nomás luego la primera iglesia para borrachos del mundo, pero no para curarlos del vicio, sino para chupar ahí a full. El tipo tenía un hotel en una isla solo para ricachones de Panamá, llamada Bocas del Toro, desde donde buscaba para sus ta’yras entre los tatachos de alto voltaje.
Toda iba bien para William Datham Holbert (31), hasta que, “misteriosamente”, comenzaron a desaparecer turistas yankis. Después de un cierto tiempo, los parientes y amigos de los desaparecidos apuraron a la policía panameña para encontrar a la gente perdida. Ahí nomás, Holbert y su mujer Laura Michelle Reese (27), se las tomaron para la vecina Costa Rica.
En su escape, Holbert, apodado ‘Bill, el Salvaje’, habría matado al dueño de una lancha y con la embarcación intentó seguir su corrida hacia el Norte. Se quiso ocultar en uno de los ríos de Nicaragua, pero los caquis de ese país lograron ubicarlo y lo apresaron a él y a su doña. Enseguida, quien iba a ser el Primer Papa de los Borrachos, habría confesado que el pase al otro mundo de cinco yankis, para luego transferir sus propiedades y fortunas a su nombre.
Todos las víctimas estaban enterradas en Panamá, donde Bill, el Salvaje, tenía su hotel. Cuando la policía local llegó al lugar encontró a un feroz dobermann acostado sobre un montón de tierra recién removida. El perro no iba a moverse ni a balazos. Tuvieron que traer un veterinario, quien le disparó un tranquilizante al animal. Cuando se durmió, se cavó en el lugar y se encontró el primer cuerpo: el de Cheryl Linda Hughes. Después se supo que ella era la dueña del canino, el cual había estado cuidando su tumba ra’e.
Iglesia. “Estaba formando en su bar un tipo de Iglesia, el ‘Primer Templo de los Ebrios’ y él supuestamente era el primer Papa. Este hombre buscaba activamente gente que podía manipular y dominar. Gente dócil”, dijo a la prensa internacional don Donald Winner mba’embo.
Racista
“Ya sabemos que este señor (Bill, el Salvaje) es un racista que defiende la supremacía de la raza blanca. Él piensa que los blancos son mejores y que los descendientes afroamericanos, negros o enfermos de cáncer o sida, por ejemplo, deben morirse”, añadió don Winner.
Iporâ nde ídolo
Bill, el Salvaje no ocultaba ni un poquito su admiración por Adolf Hitler
Modus operandi
Bill, el Salvaje, establecía amistad con extranjeros de mucha plata, a quienes les proponía hacer negocios o comprarles sus propiedades. Pero, luego los asesinaba y los sepultaba en el jardín de su hotel ‘Villa Cortez’, cuyo símbolo tenía una calavera. Después, tranquilamente pasaba a su nombre las propiedades y cuentas bancarias de sus víctimas. Hasta ahora, el tipo se niega terminantemente a dejar que los siquiatras lo analicen para ver si no está loco.

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