jueves, 4 de febrero de 2010

Quieren una muerte digna

Doña Gregoria Valenzuela de Rolón, 46, quien acompaña la suerte de su nietita en el hospital “Los Ángeles” de esta ciudad, no pudo contener el llanto cuando dialogó con este medio, porque sabe que la beba no tiene chance de seguir viviendo. “Los doctores me dijeron que no tiene posibilidades de vivir. La internaron solo para que tenga una muerte digna”, dijo entre llanto.

La abuela explicó que su familia es pobre y que por eso su hija no tuvo posibilidades de realizar los controles prenatales. “Ella tenía una platita que venía ahorrando. Después mi marido, que estaba construyendo una obra en una escuela no estaba cobrando, por lo que ella le prestó la plata. El parto se adelantó antes que mi marido pudiera cobrar”, explicó la mujer.

Por otro lado, doña Gregoria dijo que su hija Sonia quedó muy débil después del parto, por lo que no pudo acompañar a su beba hasta el hospital. A esto se suma que están sin recursos económicos. “Antes hacía empanadas para vender y ayudar así con los gastos de la casa, pero ahora que estoy acá no puedo hacer nada”, añadió.

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