viernes, 7 de mayo de 2010

Malevos robaron capilla y pisotearon las hostias

  • ¡El coordinador pastoral del oratorio recomendó a los ladrones para que busquen urgente un pa’i y se confiesen, porque ya fueron excomulgados automáticamente!
Opátantema voi la mundo. Unos malevos atracaron la capilla “San Juan Bautista”, de Calle’i, San Lorenzo, y además de reventar el recinto sagrado, robar plata de la limosna que dan los fieles, hurtar dos copones donde había la sagrada Eucaristía, ¡tiraron al piso las hostias consagradas y pisaron encima! “Es un pecado mortal. Eso es faltarle el respeto a Jesús. Es gravísimo. Jesús vivo estaba ahí. Ni a Dios ya no se le tiene miedo”, he’i Arcadio Dávalos, coordinador de tareas pastorales del pequeño templo profanado.

Los hechos habrían ocurrido en la noche del martes último o en la madrugada del miércoles, ocalculá don Dávalos. Tanto él como los fieles de la capilla no saben qué decir, ni qué hacer, porque nunca antes -en los 18 años de existencia de esa iglesia- sucedió algo parecido. “Ni esperábamos esto. Estamos muy apenados. Todo lo material se puede recuperar, pero la Eucaristía, eso es grave. A lo mejor solo un obispo puede perdonar”, dijo también el laico.

Según la denuncia hecha ante la Policía, los ladrones entraron por el techo de la capilla y removieron todo el recinto, probablemente en busca de dinero. Encontraron poco menos de 100 mil guaracas y, creyendo que había más tras una puerta llaveada, la reventaron. Solo que era el baño.

Como si eso no bastara, abrieron el sagrario –el lugar donde se guardan las hostias– y robaron dos copones donde había Eucaristía para los fieles. Al parecer, no sabían qué hacer con el Cuerpo de Cristo y, entonces, ¡tiraron todo el pan consagrado al piso! Hasta ahora no hay pistas de los herejes.

Arrepentirse. Según don Dávalos, lo mejor que pueden hacer los ladrones es buscar un pa’i y confesar su pecado. “Tarde o temprano nos vamos a encontrar con Dios y Él nos va a juzgar y nos va a premiar o a castigar. No importa si uno es creyente o no. Todos tenemos que rendir cuentas. Este asunto nosotros dejamos en manos de Dios. Él va a hacer su trabajo”, finalizó ayer el coordinador de la capilla San Juan Bautista.

Excomunion’ete talán sin perdón

Según el Derecho Canónico, o sea la ley purete del Papa que está en Roma, lo que hicieron los ladrones está entre los peores delitos contra la religión y la unidad de la Iglesia. Dice luego el Canon 1367: “Quien arroja por tierra las especies consagradas, o las lleva o retiene con una finalidad sacrílega, incurre en excomunión “latae sententiae” reservada a la Sede Apostólica”. ¡Cháke péa!

El castigo es automático

La excomunión “latae sententiae” es la expulsión automática de la Iglesia Católica, aunque no haya una declaración firmada de parte de la Iglesia contra un cristiano en particular. El simple hecho de cometer el delito ya implica el ñemosê instantáneo. Lo mejor que pueden hacer los ladrones es buscarse un pa’i, confesarse y pedir perdón voi.

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