Una pobre y sacrificada mamá, vecina del barrio 3 de Mayo, de Luque, vive desde hace tres días con el Jesús en la boca, ya que su pequeño hijo, E.D.V., de apenas 11 años, se escapó –el martes último– y hasta ahora la mujer no consiguió ubicar donde está su criatura.
El dato de que fue el nene quien se dio a la fuga fue proporcionado por la propia señora, que buscando alguna explicación a la conducta de su hijo señaló que “estaba prepotente conmigo en ese momento”. La desaparición ocurrió en Capiatá.
Y en la víspera, en horas de la mañana, surgió la versión de que el niño habría caído en un profundo pozo, ubicado en el patio de una vivienda de la compañía Mboi’y, del distrito capiateño. Se armó un revuelo jefe y en un sapy’aite se juntaron en el lugar, tanto personal policial de la Comisaría 21ª de la citada jurisdicción, así como efectivos del Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Paraguay y los infaltables curiosos.
Un apagafuegos se ató una piola a la cintura y bajó hasta lo profundo del agujero ante la mirada llena de angustia de todos, inclusive de la mamá del niño desaparecido. Todo no pasó de un chisme que algún tekorei hizo correr y, tras unos minutos de terrible expectativa, el bombero anunció que el mitã’i perdido no estaba ahí.
Para la Policía, el caso está caratulado como “persona que no regresa a su hogar”, pero para la mamá del menor es un infierno, ya que no puede ni siquiera dormir pensando por dónde andará su pequeño hijo.
Angustia. “Soy una madre desesperada, pero tengo la esperanza de que la gente que lo conoce lea esto y se entere de que le estamos buscando y que nos avisen. Queremos que él vuelva con su familia, con nosotros”, dijo ayer doña Pablina. La señora es una trabajadora autónoma. Ella hace reciclaje y su membymi le ayuda desde que era muy criatura.
El área de trabajo de la mujer es la ciudad de Itauguá, donde estaban el martes pasado, cuando comenzó el problema. “Estábamos trabajando, juntando mercadería (material reciclable) en mi moto con carrito, estábamos acarreando de esquina a esquina, a eso de las 9 por ahí, cuando de repente él se fue a algún lado. Se escapó por su propia voluntad”, comentó la mujer.
El desaparecido, E.D.V., está haciendo el 6º grado en la Escuela “Villa Alta”, de Itauguá. La mamá cree que el nene puede estar con algún chofer de colectivo. Informes a los teléfonos 699175 ó 0984-514513.
Creyeron que se había caído en un pozo
Un bombero bajó hasta el fondo de un profundo pozo para asegurarse de que la criatura desaparecida no estaba ahí. Durante algunos minutos se vivieron instantes de mucha expectativa y angustia. Gracias a Dios, no pasó nada.
Caso similar
Un caso parecido ocurrió el 19 de febrero de este año, cuando Fanny Rosalía Ayala Acosta, vecina del barrio San Pedro, en Zeballos Cué, Asunción, denunció la desaparición de su hijo J.D.C., también de 11 años. El menor ya trabajaba y ya se había escapado once veces de su casa. La mamá dijo entonces que malandros de la pesada se habrían llevado a su pequeño hijo.
Lo dijo
“Se escapó él (E.D.V.) por su propia voluntad. Estaba prepotente conmigo en ese momento”
“Soy una madre desesperada y tengo esperanza de que la gente de buena voluntad me ayude”
“Él (E.D.V.) es baqueano. Es un chico muy despierto. Yo siempre le dije que no soy eterna”
Pablina Brítez de Valdez, Mamá
El dato de que fue el nene quien se dio a la fuga fue proporcionado por la propia señora, que buscando alguna explicación a la conducta de su hijo señaló que “estaba prepotente conmigo en ese momento”. La desaparición ocurrió en Capiatá.
Y en la víspera, en horas de la mañana, surgió la versión de que el niño habría caído en un profundo pozo, ubicado en el patio de una vivienda de la compañía Mboi’y, del distrito capiateño. Se armó un revuelo jefe y en un sapy’aite se juntaron en el lugar, tanto personal policial de la Comisaría 21ª de la citada jurisdicción, así como efectivos del Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Paraguay y los infaltables curiosos.
Un apagafuegos se ató una piola a la cintura y bajó hasta lo profundo del agujero ante la mirada llena de angustia de todos, inclusive de la mamá del niño desaparecido. Todo no pasó de un chisme que algún tekorei hizo correr y, tras unos minutos de terrible expectativa, el bombero anunció que el mitã’i perdido no estaba ahí.
Para la Policía, el caso está caratulado como “persona que no regresa a su hogar”, pero para la mamá del menor es un infierno, ya que no puede ni siquiera dormir pensando por dónde andará su pequeño hijo.
Angustia. “Soy una madre desesperada, pero tengo la esperanza de que la gente que lo conoce lea esto y se entere de que le estamos buscando y que nos avisen. Queremos que él vuelva con su familia, con nosotros”, dijo ayer doña Pablina. La señora es una trabajadora autónoma. Ella hace reciclaje y su membymi le ayuda desde que era muy criatura.
El área de trabajo de la mujer es la ciudad de Itauguá, donde estaban el martes pasado, cuando comenzó el problema. “Estábamos trabajando, juntando mercadería (material reciclable) en mi moto con carrito, estábamos acarreando de esquina a esquina, a eso de las 9 por ahí, cuando de repente él se fue a algún lado. Se escapó por su propia voluntad”, comentó la mujer.
El desaparecido, E.D.V., está haciendo el 6º grado en la Escuela “Villa Alta”, de Itauguá. La mamá cree que el nene puede estar con algún chofer de colectivo. Informes a los teléfonos 699175 ó 0984-514513.
Creyeron que se había caído en un pozo
Un bombero bajó hasta el fondo de un profundo pozo para asegurarse de que la criatura desaparecida no estaba ahí. Durante algunos minutos se vivieron instantes de mucha expectativa y angustia. Gracias a Dios, no pasó nada.
Caso similar
Un caso parecido ocurrió el 19 de febrero de este año, cuando Fanny Rosalía Ayala Acosta, vecina del barrio San Pedro, en Zeballos Cué, Asunción, denunció la desaparición de su hijo J.D.C., también de 11 años. El menor ya trabajaba y ya se había escapado once veces de su casa. La mamá dijo entonces que malandros de la pesada se habrían llevado a su pequeño hijo.
Lo dijo
“Se escapó él (E.D.V.) por su propia voluntad. Estaba prepotente conmigo en ese momento”
“Soy una madre desesperada y tengo esperanza de que la gente de buena voluntad me ayude”
“Él (E.D.V.) es baqueano. Es un chico muy despierto. Yo siempre le dije que no soy eterna”
Pablina Brítez de Valdez, Mamá
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