jueves, 20 de mayo de 2010

Ronda de ka’ay he’ê casi liquidó a sampedranos

  • El sarambi afectó a toda una familia: Dos abuelitos, tres adultos y dos nenes. La rápida acción de los médicos evitó que la cosa no pasara de un tremendo susto
Una abuelita fue a su pieza a buscar anís para su mate. Pero, como delante del frasquito de la especia estaba el tarro con el veneno para las ratas, lo agarró con su mano derecha, lo apartó y, entonces, tomó el frasco que estaba necesitando. Lo destapó y, con los mismos dedos que apartaron el pote con el producto fosforado agarró un puchito de anís y lo colocó en el agua para el mate.

La doña tenía el envase con el veneno en la parte alta de unos estantes en su dormitorio, justamente para que las criaturas akãhatã no puedan alcanzarlo. Pero no había nada de qué preocuparse, ya que ella misma preparó el mate para la familia. Eran casi las siete de la noche, del martes 18 de mayo último, en la tranquila compañía Cañada, a 15 Km. de San Pedro, capital del departamento de mismo nombre.

Toda la familia Bolaños-Benítez estaba reunida para el riquísimo mate dulce. Desde el karai guasu de la casa, don Gudelio (96), chokokue de ley, y su esposa doña Ildefonza (86), sus tres hijos Lorenza (62), Gabino (49) y Andrés (43), también agricultores, hasta los nenes Griselda (9) y Juancito (6). Hacía frío y estiraba algo calentito. Comenzó la ronda del ka’ay he’ê. Y a la cuarta vuelta nomás ya comenzaron todos a descomponerse.

Tuichaiterei oñemondyi hikuái porque nadie entendía qué pasaba. Todos sentían nauseas y calambres en el estómago, así como también enseguida comenzaron a vomitar. “Si no hubieran venido enseguida eso pudo haber sido una tragedia”, comentó al respecto la directora del Hospital Regional de San Pedro, doctora Dirma Mesquita.

Salvados. La funcionaria de Salud también informó que hoy, probablemente, todos los pacientes serán dados de alta y podrán volver a sus casas. “Los abuelitos estaban un poco más delicaditos, porque presentaban complicaciones de presión alta. Pero los estabilizamos, los hidratamos, así como hicimos con los otros pacientes y hoy todos están fuera de peligro”, he’i kuehe la doctora Mesquita.

Manos lavadas

“Ellos no llegaron a ingerir el veneno propiamente dicho. Pero la abuelita no se lavó las manos después de tocar el frasco con el producto fosforado. Por eso no fue una intoxicación más severa. Inclusive, si daban más tiempo y no venían, podía haber habido complicaciones”, dijo también la dire del Hospital Regional de San Pedro.

“Ahora ya sabemos”

“Nosotros hablamos con un adolescente que estaba con ellos, pero, por suerte, él no llegó a tomar el mate. Le explicamos que no se puede tener un producto tan peligroso cerca de donde se guardan alimentos. Le dijimos: ‘No hay que tener el veneno cerca del anís’ y el chico nos miró y nos respondió: ‘Hêe. Ko’anga ya roikuaama’ (Ahora ya sabemos)”, comentó también la doctora Dirma Mesquita.

Lo dijo:

“Lo preparó con la intención de agregarle anís y, por error, se apoderó del recipiente equivocado”
- Gabino Bolaños, Agricultor

Anticoagulante

El veneno para ratas no es moco de pavo. Según la enciclopedia Medline Plus, “se puede producir la muerte hasta dos semanas después de la intoxicación, como resultado del sangrado”, ya que ese producto tiene un componente que impide la coagulación de la sangre. “Sin embargo, el tratamiento adecuado generalmente previene cualquier complicación grave”, he’i el libraco.

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